El polaco - J.M. Coetzee
"(...) No tuve suerte, llegué demasiado tarde, viví demasiado lejos."
Coetzee, J.M. El
polaco.
Madrid: El hilo de Ariadna, 2022
The Pole Traducció de Mariana
Dimópulos
Col·lecció Literatura.
::: Què en
diu la contraportada…
Provocativa variación de una historia
legendaria, en esta nueva y breve novela de J.M. Coetzee, un hombre y una mujer
se encuentran. El escenario es la ciudad de Barcelona, lo que los une en un
principio es la música de Chopin. Pero ese encuentro no sucede del modo en que
ni uno ni el otro lo hubiera deseado, y sin embargo esta historia algo trágica
e incompleta recrea una de las más clásicas leyendas de amor de la literatura occidental.
Las barreras no son solo del orden de los sentimientos. Witold es polaco y
Beatriz es española, y en un principio solo tienen la lengua inglesa para
hacerse entender. Más tarde, la forma más esquiva de la traducción será la
clave para un último acercamiento entre ambos.
Diferencias de gustos, diferencias culturales, diferencias de los sexos: sobre
estas tensiones está narrada esta variación moderna e irónica de la historia de
Dante y Beatrice. Para lograrlo, J.M. Coetzee hace un cambio rotundo de
perspectiva, pues lo feliz y lo fallido de este amor a medias está contado
desde la perspectiva precisa, sincera y aguda de su protagonista mujer.
::: Com comença...
1. La mujer es la primera en causarle problemas, seguida pronto por el hombre.
::: Moments...
(Pàg. 19)
Ella es una persona inteligente pero no reflexiva. Una parte de su inteligencia
consiste en saber que un exceso de reflexión puede paralizar la voluntad.
(Pàg. 42)
- (...) Somos dos extraños. Pertenecemos a mundos distintos, a reinos distintos.
Usted pertenece a un mundo con su Dante y su Beatrice, yo pertenezco a otro que
suelo llamar el mundo real.
(Pàg. 49)
“Esta es Beatriz, una mujer que apenas conozco pero parece ser la respuesta al
acertijo de por qué existo.”
(Pàg. 52)
Ella no está enamorada del polaco. A lo sumo, siente pena por él: pena porque
está solo y es viejo y ha perdido contacto con un mundo que es cada vez menos
receptivo para sus interpretaciones distantes de Chopin. Pena por él, también,
por su fijación en ella (él puede llamarlo amor pero ella no lo hace).
(Pàg. 61)
12. - ¿Qué se ha hecho del músico
polaco? –pregunta el marido-. Pensaba que vendría a comer.
- No coincidían las fechas –responde ella-. Estará libre solo a partir de la
semana que viene, y para entonces tú ya te habrás ido.
- Qué pena –dice el marido-. Me habría gustado conocerlo.
Y sonríe. Y ella sonríe. Ya han navegado por otras aguas turbias, y navegarán
también por estas.
(Pàg. 67)
- (...) Una vida común uno al lado del otro, eso es lo que deseo. Para siempre.
La próxima vida también, si es que hay otra vida. Pero si no, OK, lo acepto. Si
dices no, no para toda la vida, solo por esta semana... OK, también acepto eso.
Hasta un solo día. Por un minuto. Un minuto es suficiente. ¿Qué es el tiempo?
El tiempo es nada. Tenemos nuestra memoria. En la memoria no hay tiempo. Te
mantendré en la memoria. Y tú, quizá tú también me recuerdes.
(Pàg. 76)
Ella sabe del efecto que puede tener sobre los hombres. Gracia: un concepto no
tan anticuado, después de todo. En Polonia o en Rusia, piensa ella, él revivirá
este momento, el momento en que, cruzando el patio, le llegó una visión de la
gracia encarnada. El pensará: ¿Qué hemos
hecho para merecer esto, los comensales, los cocineros, los camareros, todos
nosotros? Una gracia que desciende del cielo, arrojando su resplandor sobre
nosotros.
(Pàg. 80)
Me das paz. Un cuerpo que lucha
contra otro sudado. Un shock tanto para el hombre como para la mujer. Tras un
duelo como ese, no caben ni la adoración ni la veneración. La adoración ha
quedado del otro lado de la puerta.
(Pàg. 81)
Hay algo innatural en amar sin esperar que el amor sea retribuido.
¿Por qué está con él? ¿Por qué lo ha traído hasta aquí? ¿Qué es lo que le
resulta grato de él, si es que algo le resulta grato? Hay una respuesta: que él
disfrute de estar con ella de una forma tan transparente. Cuando ella entra en una habitación la
expresión de él, por lo general tan adusta, se ilumina. En la mirada que la
baña hay una porción de deseo masculino, pero a fin de cuentas es una mirada de
admiración, de deslumbramiento, como si él no pudiera creer en su propia suerte.
A ella le da placer ofrecerse a esa mirada.
(Pàg. 83)
¿Qué mas recuerda ella? Unos dedos que tocan su piel, extrayendo música de su
cuerpo.
(Pàg. 84)
Ella debería sentirse culpable. Una no debería ir a la cama con un hombre no
deseado. Pero ella no siente culpa. Doy
lo suficiente, se dice a sí misma. Y no es para siempre.
(Pàg. 86)
(…) estudiando su corazón, no encuentra ningún residuo oscuro: ni
remordimiento, ni pena ni añoranza; nada que le afecte el futuro.
Nada serio. ¿Es el amor un estado de la mente, un estado del ser, un fenómeno,
una moda que va quedando relegada, mientras la observamos, en el pasado, en los
remotos reinos de la historia?
(Pàg. 100)
(…) no Beatriz sino Beatrice. Por tanto: un libro sobre Beatrice, compuesto por
un oscuro seguidor de Dante.
(Pàg. 111)
No tuve suerte, llegué demasiado tarde, viví demasiado lejos, solo tenía su
imagen en mis ojos, la imagen que es como un pájaro que aletea en la memoria.
(Pàg. 116)
10. Alardes. Así es como se defienden los hombres de la confusión. Sus hijos
también, hasta donde ella sabe, hombres adultos ahora, hombres del mundo. La conseguí, esa lista mujer de Barcelona.
La apreté en mis brazos, estrujé su rosa. La Guerra entre hombres y
mujeres, primigenia, interminable. La
tuve, fue mía, lean todo al respecto.
(Pàg. 117)
Y pensando en Beatrice, en la verdadera Beatrice; ¿qué hizo que Dante la
eligiera por encima de todas las otras mujeres? O si pensaba en María. ¿Qué
había en María llena de gracia que hizo que Dios decidiera visitarla por la
noche? ¿Qué reflexión del labio, qué arco de la ceja, qué contorno del glúteo?
¿En qué momento ella, Beatriz, la mujer cuyo trabajo era llevar al solista
invitado a cenar aquella noche fatal de 2015, se convirtió en la destinada para
él? ¿Qué había en ella que había
producido ser elegida? ¿Dónde estaba lo divino en ella, esa noche? ¿Y dónde
está lo divino en ella ahora?
(Pàg. 132)
SI tú fueras Dante, yo pasaría a la historia como tu inspiración, tu musa. Pero
no eres Dante. La evidencia está ante nosotros. No eres un gran poeta.
A El polaco J.M. Coetzee ens ofereix bàsicament l'anatomia d'un enamorament tardorenc que conduirà a una relació adúltera. Aquesta serà la causa que permetrà a l'autor a parlar i reflexionar sobre l'amor, la vellesa, el dol, o la vanitat entre d'altres temes. Per fer-ho Coetzee adopta una tonalitat força intimista i un plantejament estructural força curiós
Coetzee rebutja també qualsevol refinament estilístic i escriu la història amb una prosa simple. Aquesta d'entrada pot arribar a desconcertar al lector i fer-lo dubtar de la qualitat de la novel·la. Ara bé, el lector de seguida comprendrà el motiu d'aquesta austeritat estilística que enllaçada estretament amb les circumstàncies dels dos protagonistes.
És d'aquesta manera com la prosa de Coetzee, planera però sòbria -esquemàtica, talment l'esborrany d'un guió-, ofereix traços tant dels personatges com de les seves accions sense barroquismes, aprofitant les frases curtes i prescindint majoritàriament de descripcions detallades.
Entenc que tot plegat ajuda a consolidar el context idiomàtic en què es mouen els personatges a la trama (més evident en l'original en anglès que no pas en la versió espanyola, tot i que també es deixa entreveure gràcies a la mà de la traductora Mariana Dimópulos).
El relat és recolza en un narrador omniscient en tercera persona. En ocasions flirteja entre ser el mateix autor, identificant-se en els seus personatges, i en altres ocasions el narrador es fon en la ment de la protagonista de la novel·la.
A la part final l'estructura canvia: desapareixen els paràgrafs breus i numerats en favor d'una estructura epistolar on el narrador -ara sí- passa a primera persona del singular. Així les cartes esdevenen gairebé una interpel·lació de l'autor (mitjançant el seu personatge femení) al lector.
La genialitat de El polaco és precisament que a partir d'una prosa i una estructura tant anti-literària Coetzee aconsegueixi generar de forma subtil una carrega emotiva tant potent en el lector -i, per tant, una identificació d'aquest amb el que l'autor proposa-.
En definitiva, puc entendre perfectament aquell lector que dubta sobre si El polaco és una petita gran novel·la o si pel contrari es tracta d’un projecte novel·lístic plantejat però només apuntat, pendent de finalitzar i publicat de forma prematura.
Personalment considero que El polaco és una obra que integra amb molta expertesa i sensibilitat grans temes universals a la vegada que els salpebra amb un context artístic (un joc de miralls musical i literari) volguda i degudament triats i amb una estructura que la dota de personalitat. Això ni és fàcil ni és a l'abast de de gaires autors. Val la pena dedicar-li una estona de lectura i gaudir-ne.
Ara Llegim (J. Llavina), Llegir.cat, Sephatrad, Un espacio...JMR, Librario íntimo, La Royal de Antoine Doinel, Entre montones de libros, Laralandia, Atelier literario, La antigua Biblos, Otra parte (M. Álvarez), El Cultural (G. Gullón), El Boomeran (M. Arranz), Complete Review, The Harvard Crimson, Critica Letteraria, Il Riformista (A. De Simmone).
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