Obras completas 1 - H.P. Lovecraft



"¿Quiénes somos nosotros para combatir venenos más antiguos que la historia y que la humanidad?"






Lovecraft, H.P. Obras completas 1.
Barcelona: Del Nuevo Extremo, 2018


::: Què en diu la contraportada...
Howard Phillip Lovecraft no estaba a gusto con el mundo real, y decidió refugiarse en un mundo fantástico, pleno de espanto y horror.
En los laberintos de su universo siempre se sintió amenazado y perseguido, sobre todo por la civilización, que no paraba de arrinconarlo. Desde esa pesadilla construyó una obra única, inquietante y perturbadora.


::: Com comença...
Al contar las circunstancias que han conducido a mi encierro en este refugio para enfermos mentales, me doy cuenta de que mi situación actual atraerá las naturales dudas sobre la autenticidad de mi relato. 
El sepulcro.

::: Moments...
(Pàg. 73)
Me pregunto a menudo si la mayoría de la humanidad se ha detenido alguna vez a pensar en la enorme importancia que a veces tienen los sueños, y en el oscuro mundo al que pertenecen. 
Más allá del muro del sueño.

(Pàg. 83)
(...) somos vagabundos de los espacios inmensos y viajeros de los vastos períodos de tiempo.
Más allá del muro del sueño.

(Pàg. 135) 
Todo ocurrió en un cementerio antigua; tan antiguo, que me estremecí ante los innumerables vestigios de edades olvidadas.
La declaración de Randolph Carter.

(Pàg. 147)
(...) cuando somos niños escuchamos y soñamos y llegamos a pensamientos a medias sugeridos; y cuando hemos crecido y tratamos de recordar, la ponzoña de la vida nos ha vuelto torpes y prosaicos.
Celephais

(Pàg. 155)
Fue un error que Crawford Tillinghast se dedicara al estudio de la ciencia y la filosofía. Estas materias deben dejarse para el investigador frío e impersonal, ya que ofrecen dos alternativas igualmente trágicas al hombre de sensibilidad y de acción: la desesperación, si fracasa en sus investigaciones, y el terror inexpresable e inimaginable, si triunfa.
Del más allá.

(Pàg. 177)
Sólo el pensamiento inferior se apresura a explicar lo singular u lo complejo mediante el recurso primitivo de lo sobrenatural.
El templo.

(Pàg. 197)
Al acercarme a la ciudad sin nombre me di cuenta de que estaba maldita. Caminaba por un valle terrible y agreste bajo la luna, y entonces la vi a lo lejos, saliendo misteriosamente de las arenas, de la misma manera como asoma parcialmente un cadáver de una tumba desecha.
La ciudad sin nombre.

(Pàg. 213)
En la cima de la montaña más alta del mundo habitan los dioses de la tierra, y no permiten que ningún hombre se jacte de haberlos visto. En otro tiempo habitaron los picos inferiores; pero los hombres provenientes de las llanuras siempre se obstinaron en escalar las laderas de roca y de nieve, empujando así a los dioses hacia montañas cada vez más elevadas, hasta el día de hoy, en que sólo les queda la última.
Los otros dioses.

(Pàg. 232)
No puedo decir siquiera aproximadamente a qué se parecía, porque era un compuesto de todo lo que es impuro, pavoroso, indeseado, anormal y detestable. Era una fantasmagórica sombra de podredumbre, decrepitud y desolación; la pútrida y viscosa imagen de lo dañino; la atroz desnudez de algo que la tierra misericordiosa debería ocultar por siempre jamás.
El extraño.

(Pàg. 273)
Aun puedo ver a Herbert West bajo la siniestra luz de la lámpara, inyectando la solución reanimadora en el brazo del cuerpo decapitado.
Herbert West, reanimador.

(Pàg. 281)
(...) el verdadero amante de lo terrible, aquel para quien un nuevo estremecimiento de inconmensurable horror representa el objetivo principal y la justificación de toda una existencia, elige , por encima de todo, las antiguas y solitarias granjas que se levantan entre los bosques de Nueva Inglaterra, porque es en esta región donde mejor se combinan los sombríos elementos de fuerza, soledad, fantasía e ignorancia, hasta constituir la máxima expresión de lo tenebroso.
El grabado en la casa.

(Pàg. 301)
(...) fui al impío cementerio donde una pálida luz invernal proyectaba sombras espantosas, los árboles deshojados se inclinaban lúgubremente para rozar la hierba marchita y las lápidas agrietadas, la iglesia cubierta de hiedra apuntaba su dedo sarcástico hacia un cielo hostil, y la brisa de la noche aullaba locamente por encima de las ciénagas heladas y los mares glaciales.
El sabueso.

(Pàg. 318)
En aquellos gritos, el más profundo terror y agonía humanos arañaban desesperada e insensatamente las puertas de ébano del olvido.
El horror oculto.

(Pàg. 332)
A veces, en las angustias de esas pesadillas en las que fuerzas invisibles se lo llevan a uno, por encima de los tejados de extrañas ciudades muertas, hacia el abismo burlón de Nis, es un alivio, incluso un placer, gritar salvajemente y arrojarse voluntariamente, en medio del espantoso vórtice de onírica condenación, al primer abismo sin fondo que encuentra.
El horror oculto.

(Pàg. 347)
(...) un espanto que no provenía de este mundo ni de ninguno, sino de los espacios enloquecedores que abren entre las estrellas.
El cerimonial.

(Pàg. 379)
(...) mi constante alusión a lo “innombrable” y lo “incalificable” era un recurso pueril, muy en consonancia con mi escasa categoría como escritor.
Lo innombrable.

(Pàg. 381)
El “sentido común”, al reflexionar sobre estos temas, le aseguré a mi amigo con pasión, no es sinó una estúpida falta de imaginación y de flexibilidad mental.
Lo innombrable.

(Pàg. 404)

Fue espantoso; más espantoso que cuanto pueda describir cualquier lengua articulada, porque ocurrió en el alma, sin detalle alguno que se pueda describir. Fue el éxtasis de la pesadilla y la quintaesencia de lo demoníaco. La forma súbita en que se desencadenó fue apocalíptica e infernal (...).
Encerrado con los faraones.

(Pàg. 480)
El horror secular es una hidra de mil cabezas, y los cultos tenebrosos tienen sus raíces en blasfemias más profundas que el pozo de Demócrito.
El horror de Red Hook.

(Pàg. 481)
¿Quiénes somos nosotros para combatir venenos más antiguos que la historia y que la humanidad?
El horror de Red Hook.

(Pàg. 484)
(...) entendí al fin la espantosa verdad que naie se había atrevido jamás a formular, el inconfesable secreto de los secretos, que esta ciudad hecha de puedra y de estridencias no es una perpetuación sensible del viejo Nueva York, como Londres lo es del viejo Londres y París del viejo París, sino que está totalmente muerta; con el cuerpo imperfectamente embalsamado, la ciudad no tiene nada que ver con la realidad de cuando estaba viva.
Él.

::: Què en penso...
Una de les (poques) coses bones que té llegir les obres completes d'un autor d'una tirada és que sovint i de forma fàcil, es posa de relleu el mecanisme de rellotgeria que l'autor fa servir per construir la seva prosa, així com els eixos psicològics i temàtics que la caracteritzen. 
Però llegir unes obres completes també comporta un afartament important quan aquest autor resideix en un nínxol específic de l'univers literari, doncs sovint, l'especialització comporta menys recorregut i més reiteració.

Dit axiò, a aquestes alçades és ben segur que no descobrirem la sopa d'all en parlar de  H.P. Lovecraft i de la seva obra. Se n'ha dit i escrit de tot. Existeixen multitud de documents que examinen amb deteniment la seva obra i la seva vida. I justament, en ser ambdues tant especials, a base d'anys, s'ha anat formant una aureola al voltant d'aquest autor i sobre la seva producció escrita. Una fama que, entesa a nivell mass mediàtic, no en cercles especialitzats, no dic que no es correspongui amb el talent creatiu de l'autor, però sincerament crec que déu més a qüestions de negoci editorial que no pas a un autèntic tribut del seu legat. 

En tot cas, independentment de com considereu a l'autor (un geni, una rara avis, un boig amb bona mà per escriure?) en el que no hi ha cap mena de dubte és que la seva literatura -que defineix (i es circumscriu) el caràcter de l’autor- és un viatge a les profunditats de la imaginació, és a dir, a l'horror. Un horror sovint de caràcter orgànic (es sent, s'olora, és palpable i, sovint causa la mort dels qui tenen la desgràcia de topar-hi), però també d'una mena d'horror oníric, que sacseja consciències i que uneix contemporaneïtat amb religions i cultes ancestrals i que, indefectiblement, causen esclats de bogeria en els subjectes que, dissortadament, l'experimenten. 

És, des d'aquest punt de vista, una prosa molt vívida i sobretot, amb unes propostes molt creatives. Ara bé, l'artefacte narratiu que Lovecraft utilitza regularment per plasmar la seva visió de l'ànima humana i de les pors atàviques que la corrouen, són, en general, força repetitives. A saber:
  • narrativa en primera persona o bé la utilització de constructos que la substitueixin (diaris, cartes, articles de premsa, testimonis, memòries,...) .
  • abús de la inconclusivitat. Moltes de les seves narracions piquen tant alt a nivell de concepte, d'idea, que a l'autor no li queda cap més remei que evitar tancar el final. Així, l'enigma no resolt, no aclarit, retro alimenta l'alo de misteri i l'atmosfera críptica que l'autor confereix a la narrativa de la seva concepció d'horror.  
  • segurament hi deu haver-hi algun diccionari de semàntica específica de l'autor. Amb això vull dir que l'autor apuntala molt el to i l'atmosfera de la seva narrativa amb un repertori de substantius i d'adjectivacions pròpies d'un camp semàntic específic (nocturn, tel·lúric, ignot, malèfic, irracional, ocultista, pagà i espectral) que recupera en repetides ocasions i moments. 
  • derivat del punt anterior, l'ús i abús de l'adjectiu (per guarnir l'experiència traumàtica del protagonista o per posar en solfa al lector) pot arribar a atipar en algun dels contes, fent-los innecessàriament espessos.
  • i això sovint l'obliga a composar unes oracions llarguíiiiiiisimes; unes frases compostes i juxtaposades que sovint es confonen amb paràgrafs, i que contribueixen a crear aquesta sensació atapeïda, sinistre i obscura, una sensació d'ofec, de compte enrere... que caracteritza la narrativa de l'autor. 
  • la importància del somni en els relats, ja sigui com a premissa de la narració o com a resolució final i, sovint, la seva confusió amb una vivència real. El que en podríem dir una la vivència d'una falsa realitat. 
  • les pinzellades biogràfiques (sobretot del marc geogràfic i psicològic -o psicòtic-)  i les pinzellades històriques sobre societat, cultura... que l'autor deixa anar aquí i allà i conformen un marc mental i vital característic i únic i que contrasten amb els móns i les geografies creades per l'autor per donar un escenari a alguns dels seus relats.
  • i, finalment, el que és la marca personal de l'autor: el desconegut, l’inexplicable, com a gènesi de l’antagonista (sempre hi ha un antagonista) al protagonista.

Tot plegat, com veieu, una sèrie de mecanismes i solucions que configuren uns ambients, uns caràcters i unes atmosferes (sovint malsanes) que són també protagonistes, tot suportant la progressió del relat i afegint-hi tensió.

D'altra banda, ho he apuntat lleugerament abans, hi ha el tema personal. Així, la narrativa de Lovecraft, a banda de meravellar-nos amb mons fantàstics o d'espantar-nos amb monstres temibles i dimonis cruents, ens ofereix també un retrat en sordina del propi autor. De les seves pors i de les seves mancances i obsessions. D'aquesta manera, com més relats i contes llegim del de Provindence, més es fa evident que l'autor sovint es projecta en els seus personatges i els fa qüestionar les grans preguntes que l'atenallen (la mort, el més enllà, l'ànima, la intranscendència, però també la por, la soledat, la incomunicació...).  De fet hi projecta la seva por a enfrontar-se al món real. Així, transforma la civilització moderna, les seves urgències i les seves necessitats en fantasmes i monstres dels abismes capaços de robar-te l'ànima. De la mateixa manera, la seva recança a evolucionar, a obrir-se, a compartir, ho trasllada als seus personatges que sovint busquen vies escapatòries o maneres de camuflar-se per escapar del perill o (més cert) del moment de la veritat.  I sobretot el malson. El malson com a forma de definir la vida quotidiana. Una vida que, en els millors dels casos, només condueix a la ruina i a la mort.

Per això, el valor de Lovecraf, a banda de la seva excelsa imaginació i de la creació d'una cosmogonia pròpia, és la creació de ponts entre el món oníric i el món real. Així excel·leix posant negre sobre blanc el trànsit sobre aquests dos mons, ja sigui de manera conscient o inconscient, circumstància que sovint el protagonista (en definitiva, i degut a la recurrència de la primera persona narrativa, el lector), no sabrà realment en quin mon es troba.  

I doncs, llegir Lovecraft sí. Però de mica en mica i coneixent els punts de referència en la seva narrativa així com els trets psicològics que el defineixen com a persona, veritables puntals desencadenants del complex univers fantàstic de l'autor.   

L'edició de Del Nuevo Extremo ni és la millor ni és la pitjor. És purament funcional. A favor, l'edició ofereix un pròleg extens i interessant en el volum 1 interrelacionen els fets biogràfics amb l'obra i la correspondència de l'autor. En contra, no identifica la font original ni la traducció.

::: Altres n'han dit...


Comentaris

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Entrades populars d'aquest blog

Les cròniques marcianes - Ray Bradbury

La veïna - Isabel-Clara Simó

Nosaltres - Ievgueni Zamiatin

-Uf, va dir ell - Quim Monzó

El gobelet dels daus - Max Jacob

Amore - Giorgio Manganelli