Astronautas - Stanislaw Lem






"Solo un necio puede concebir un mundo de eterna felicidad."




Lem, Stanislaw. Astronautas 
Madrid: Impedimenta, 2016


Astronauci. Traducció d’Abel Murcia i Katarzyna Moloniewicz
 



 Que en diu la contraportada...
Astronautas, jamás editada antes en castellano, es la primera novela que el maestro de la ciencia ficción, Stanisław Lem, publicó en forma de libro. Tras haber pasado por múltiples contiendas y luchas sangrientas, en el siglo XXI la humanidad ha dejado atrás toda forma de capitalismo y ha logrado un equilibrio sostenible en el planeta. Colosales trabajos de ingeniería, como la irrigación del Sáhara o el control del clima con soles artificiales, dan cuenta del progreso de la especie. Durante uno de estos proyectos, en la siberiana Tunguska se halla un objeto que es identificado como un archivo extraterrestre. Tras lograr descifrar alguno de los datos que recoge, se descubren ciertos detalles alarmantes del viaje de una nave que debió de estrellarse en la zona. El Gobierno de la Tierra decide enviar la recién construida nave Cosmocrátor al planeta Venus, donde sus tripulantes localizarán los restos de una civilización infinitamente más avanzada que la nuestra.

 Com comença...
El 30 de junio de 1908, miles de habitantes de la Siberia central pudieron observar un extraordinario fenómeno de la naturaleza. Aquel día, a primera hora de la mañana, apareció una cegadora bola blanca que atravesó el cielo de sureste a noroeste a una velocidad impresionante.

 Moments...
(Pàg. 51)
(...) de repente, habían dejado de ser viajeros llegados desde las profundidades del Universo que despertaban  la admiración y el interés de toda el mundo y se habían convertido en enemigos mortales de la humanidad.

(Pàg. 67)
La idea de los viajes interestelares es casi tan antigua como la especie humana. El hombre fue el primer animal que, echando la cabeza hacia atrás, se atrevió a mirar el infinito abismo del cielo que se extendía cada noche sobre él. En los más antiguos mitos religiosos y leyendas abundan historias sobre carros de fuego voladores y sobre los héroes que los conducen. Los humanos intentaron adivinar los secretos del vuelo que los pájaros dominaban a la perfección, pero pasarían muchos años antes de que surcara los aires la primera máquina voladora, un globo montgolfier lleno de aire caliente, aún indefenso ante los vientos, ciego, e imposible de manejar.

(Pàg. 78) 
Así, el ímprobo e intenso trabajo de miles de ingenieros, técnicos, químicos y físicos trasladó la civilización técnica de la humanidad a un nivel de desarrollo mucho más alto, en el que un viaje interplanetario dejó de ser una mera fantasía de individuos caprichosos o el proyecto de un inventor-soñador,  y pasó a ser una necesidad profunda de todo el género humano, que, tras haberse librado de la esclavitud del trabajo físico, elevaba su vista al espacio infinito del Universo para buscar y enfrentarse a nuevos secretos e incógnitas de la naturaleza.

(Pàg. 110)  
Queridos, el mundo de un planeta desconocido estará lleno de enigmas. ¿Qué sentido tendría acabar con ellos cuando se interpongan en nuestro camino? Nosotros pretendemos algo mucho más grande y difícil: queremos entenderlos. Porque entender es dominar.

(Pàg. 120)
- (...) ¿Sería posible que la máquina por sí misma, sin ayuda de personas, inventara algo?
Chandrasécar sacudió la cabeza.
- ¿Quieres  saber si la máquina puede lograr que el hombre sea innecesario? Nunca. Es como si dijeras que la existencia del piano de cola hace innecesario al compositor. La máquina por sí sola no conseguiría nada. Lo único que hace es aumentar enormemente nuestras posibilidades, desbrozándonos el camino de problemas cuya resolución supondría adentrarse en una jungla matemática tal que habría requerido toda la vida de una persona. A pesar de ello, no se puede decir que sea más “inteligente” que el hombre. Es verdad que posee más conocimientos que cualquiera de nosotros, pero recordad que en el fondo nuestros órganos de memoria no son solo nuestros cerebros, sino también nuestras bibliotecas, fotografías, archivos, documentos.... La máquina no es, por tanto, más lista que el hombre. Solo más rápida.

(Pàg. 121)
(...) la máquina no sabe pensar creativamente. No se le pueden ocurrir ideas. Y esa es su principal carencia (...) Hace unos cien años, la gente tenía miedo a las máquinas, pensaba que les quitaban el trabajo y el pan. Pero no eran las máquinas las culpables, sino los malos sistemas sociales.

(Pàg. 130) 
Desgraciadamente, la poesía no me ha atraído nunca, a menos que la entendamos de manera más amplia y creamos (cosa que precisamente creo yo) que va mucho más allá de los límites de los propios versos y es más fácil encontrarla en el aire, en las montañas y en la lucha que sentado frente a un escritorio.

(Pàg. 162)
La radiación estelar se convirtió en sonido: era posible oír unos sordos chasquidos interrumpidos por unos silbidos cortos y agudos.
“Así es como nos hablan las estrellas”, dijo el astrónomo.

(Pàg. 178)
- (...) hay algo más que en ocasiones nos proporciona una resistencia superior a la de nuestros cuerpos, una fuerza mayor que la de nuestros músculos y una dureza más grande que la de nuestros huesos. Algo que nos ordena apostar por una causa perdida de antemano, en nombre de otra persona. No existe nada más valioso que esa fuerza, llámese empeño o fidelidad, porque la medida más elevada de un ser humano es otro ser humano.

(Pàg. 188)
- (...) La ciencia sólo consiste en dos cosas. En primer lugar, en recabar paciente y continuamente incontables hechos, en registrarlos y reunirlos, en medirlos y observarlos. De esa manera se va creando un enorme catálogo que intenta abarcar la infinita diversidad de formas de la materia. En segundo lugar, en la iluminación que en ocasiones, de repente, alumbra la mente del investigador y le lleva a descubrir las interdependencias entre los diferentes fenómenos. Esa iluminación se da raras veces, y es un don que solo poseen unos pocos. Nuestro trabajo cotidiano, ingrato y arduo muchas veces dura años y no aporta resultados visibles. Más de una vida se consume en esa laboriosa recopilación de observaciones sin que jamás tenga lugar esa iluminación, y en los nombres inmortales de los grandes descubrimientos se concentra, como en una lente, el trabajo de hormigas de miles de anónimos investigadores.  Fue su labor lo que permitió que alguien, en un momento de inspiración, comprendiera y explicar uno de los incontables misterios que nos rodean.

(Pàg. 190)
(...) en aquel momento entendí realmente que él ya no estaba. No sé cuánto tiempo permanecí allí de pie, delante de la chimenea. Muy pocas veces una palabra vieja y trillada abre de repente un abismo en el que se puede penetrar. Allí, frente a aquella chimenea de crepitantes leños, comprendí la palabra “nunca”.

(Pàg. 190)
Solo un necio puede concebir un mundo de eterna felicidad, porque incluso en un mundo perfecto, el cielo del universo con el misterio de su infinitud se alzará sobre nuestras cabezas, y el misterio siempre despierta inquietud. Y eso está bien, porque la inquietud nos obliga a pensar.

(Pàg. 274)
- (...) ¿Qué –me preguntó, de pie, frente a mí-, ha saciado usted su hambre voraz?
- No –contesté-. Todo lo contrario. El hambre de conocimiento es cada vez mayor y el hambre de aventura... Esa no creo que llegue a saciarla nunca...

(Pàg. 322)
- (...) La inteligencia no consiste en la superespecialización, sino en todo lo contrario, en la máxima versatilidad.

(Pàg. 358)
Sentí –porque aquello no podía llamarse recuerdo-, sentí el indescriptible olor a tierra labrada, como si estuviera sobre una colina, entre los desnudos campos del principio de la primavera, envuelto en el hálito de infinitos horizontes, un olor seductor y embriagador que es la esperanza  de la vida y la vida misma.

(Pàg. 372)
- (...) Amigos, Venus es solo una etapa. Nuestra expedición es el primer paso en un camino cuyo final ninguno de nosotros puede ni siquiera imaginar. Creo firmemente que iremos más allá de los límites del sistema solar, que caminaremos por miles de cuerpos celestes que giran alrededor de otros soles, y que llegará el día (dentro de un millón de años o dentro de mil millones de años) en el que el ser humano poblará toda la Galaxia y en el que las luces del cielo nocturno le resultarán tan familiares como lo son ahora las luces de las casas lejanas.

 Altres n'han dit...
Libros y literatura, A través de otro espejo, desde Otranto, Anika entre libros, Détour, Pep Grill.

 Enllaços:
Stanislav Lem, gènesicontext i resultat, l'allargada ombra de la censura ideològicacapacitat d'anticipació..., ingenuïtat..., ...però sobretot, voluntat didàctica, versió cinematogràfica, Venus mon amour.

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