Ubik - Philip K. Dick


Dick, Philip K. Ubik.
Madrid:  La Factoría de Ideas, 2000







Ubik

Traducció de Manuel Espín
Col·lecció Solaris Ficción, 3


>> Què en diu la contraportada...
Glenn Runciter ha muerto. ¿O lo han hecho todos los demás? Alguien murió en una explosión organizada por sus competidores. De hecho, es el funeral de Runciter el que está programado en Des Moines. Pero mientras tanto, sus afligidos empleados están recibiendo asombrosos y a veces escatológicos mensajes de su jefe. Y el mundo que les rodea está alterándose de formas que sugieren que se les está agotando el tiempo. O que ya lo ha hecho.

Esta cáustica comedia metafísica de muerte y salvación (servida en cómodo aerosol) es un tour de force de amenaza paranoica y diversión sin trabas, en la que los fallecidos dan consejos comerciales, compran su siguiente encarnación, y corren continuamente el riesgo de morir de nuevo.

Como muchos autores, Philip K. Dick no alcanzó la cúspide de su fama ni el reconocimiento internacional hasta después de su muerte, ocurrida en 1982. Sin embargo, antes de ella, nos había ofrecido ya obras tan famosas como El hombre en el castillo, que ganó el premio Hugo, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (de la que Ridley Scott hizo su clásica película Blade Runner) y Ubik, considerada como la mejor de todas ellas.

>> Com comença...
Hoy toca hacer limpieza, amigos: éstos son los descuentos con los que liquidamos nuestros silenciosos Ubiks eléctricos. Sí, tiramos la casa por la ventana. Y recuerden: todos nuestros Ubiks han sido usados exclusivamente de acuerdo con las instrucciones.

A las tres y media de la madrugada del cinco de junio de 1992, el principal telépata del Sistema Sol cayó del mapa situado en las oficinas de Runciter Asociados de Nueva York. Aquello hizo que todos los videófonos se pusieran a sonar. Durante los dos últimos meses, la organización Runciter había perdido la pista de demasiados Psis de Hollis; aquella desaparición era la última gota.

>> Moments...
(Pàg. 31)
- (...) Podrían considerarme una traidora.
- ¿Y eso te preocupa?
- Me preocupa que la gente pueda sentir hostilidad hacia mí. Pero me imagino que no es posible vivir mucho tiempo sin despertar hostilidad; no es posible complacer a todo el mundo, porque cada cual quiere una cosa diferente. Si complaces a uno disgustas a otro.

(Pàg. 82)
-(...) Los moratorios son un invento suizo –explicó Eddie Dorn-; según estudios imparciales, la duración media de la semivida de un individuo en un moratorio suizo es dos horas superior a la del mismo individuo en uno de los nuestros. Parece que los suizos le han cogido el truco a lo de la semivida.
- La ONU debería abolir la semivida por obstaculizar el ciclo natural de la vida y la muerte –dijo Joe.
- Si Dios estuviese de acuerdo con la semivida, naceríamos todos en una friovaina- comentó burlón Al Hammond.

(Pàg. 106)
CIGARRILLOS RESECOS
GUÍAS ATRASADAS
DINERO FUERA DE CIRCULACIÓN
ALIMENTOS RANCIOS
ANUNCIO EN CARTERITA DE CERILLAS
- Voy a repasar la lista una vez más –dijo en voz alta-. A ver si esta vez alguno de nosotros consigue descubrir un nexo entre estos cinco puntos, datos, incidentes o como quieran llamarlos. Estas cinco cosas que...-hizo un gesto impreciso.
- Que están mal –dijo Jon Ild

(Pàg. 115)
¿Qué puede hacer una chica con un cabello tan áspero y rebelde? Simplemente, aplicarle el acondicionador capilar Ubik. En sólo cinco días descubrirá en él una tersura y una elasticidad desconocidas. Usado según las instrucciones, el spray capilar Ubik resulta totalmente inofensivo.

(Pàg. 124)
METE EL CULO EN LA CAJA, POBRE AMIGO
TÚ Y LOS DEMÁS ESTÁIS MUERTO. YO VIVO
- ¿No es la letra de Runciter? –preguntó Al.
- Sí, la reconozco.
- Entonces ya sabemos la verdad.
-¿Es ésa la verdad?
- Claro. Evidente.
- Pues vaya una manera de enterarse. Escrito en la pared de un lavabo –comentó Joe. Estaba, por encima de todo, amargamente resentido.

(Pàg. 131)
(...) Ubik se vende únicamente en los mejores establecimientos de artículos para el hogar de la Tierra. Evite su uso interno. Manténgalo alejado del fuego. Siga cuidadosamente las normas de utilización que figuran en la etiqueta. Búsquelo, Joe, no se quede ahí sentado: vaya a buscar un frasco de Ubik y pulverice con él a su alrededor noche y día.
- ¡Sabe que estoy aquí! –exclamó Joe-. ¿Significa esto que puede verme y oírme?
- Por supuesto, ahora no puedo verle ni oírle. Este mensaje publicitario está grabado en vídeo; lo registré hace dos semanas, exactamente doce días antes de mi muerte. Sabía que iba a producirse la explosión: me serví de un preco.
 - Entonces está usted efectivamente muerto.
- Naturalmente, estoy muerto.

(Pàg. 135)
¿No creía Platón que existía algo que sobrevivía a la degeneración, algo interior, inasequible a la descomposición? El viejo dualismo del cuerpo separado del alma (...).

(Pàg. 153)
- (...) La verdadera amenaza son los comunistas, no los alemanes –manifestó Bliss-. Por ejemplo, la cuestión de los judíos: ¿sabe quién la desorbita? Los judíos que hay en este país, viviendo la mayoría no como ciudadanos sino como refugiados, a expensas del tesoro público. Desde luego opino que los nazis se han excedido un poco en algunas de las cosas que les han hecho, pero básicamente la cuestión judía existía desde tiempo atrás y había que hacer algo al respecto. Aquí en los Estados Unidos tenemos problemas parecidos, con los judíos y los negrazos. A la larga habrá que hacer algo con ellos.

(Pàg. 154)
”(...)Este mundo vive todavía bajo el influjo de la oratoria del fiscal William Jennings Bryan; aquí tuvo lugar el juicio del mono contra el profesor Scopes. No habrá forma de adaptarse a esta concepción del mundo, a este ambiente moral, social y político. Para esta gente somos agitadores profesionales, y una amenaza en potencia más temible que el propio Partido Comunista. Bliss está totalmente en lo cierto: somos los agitadores más peligrosos a los que ha de enfrentarse esta época”.

(Pàg. 180)
No le cupo duda, pronto dejaría tras de sí un rimero de jirones de tela, un rastro de desperdicios que conducirían a una habitación de hotel y a su anhelado aislamiento. Sus últimas y penosas acciones serían gobernadas por un mero tropismo, un cierto sentido de la orientación que le guiaría hacia la decrepitud, la muerte y la inexistencia. Estaba regido por una alquimia funesta que culmina en la tumba.

(Pàg. 182)
”El metabolismo es un proceso de combustión, un horno en actividad”, reflexionó. “Cuando deja de funcionar, se acaba la vida. La gente yerra por completo cuando se imagina el infierno: el infierno es un lugar frío; todo lo que hay en él es frío (...)”.

(Pàg. 221)
Yo soy Ubik. Antes de que el universo existiera, yo existía. Yo hice los soles y los mundos. Yo creé las vidas y los espacios en los que habitan. Yo las cambio de lugar a mi antojo. Van donde yo dispongo y hacen lo que yo les ordeno. Yo soy el verbo, y mi nombre no puede ser pronunciado. Es el nombre que nadie conoce. Me llaman Ubik, pero Ubik no es mi nombre. Soy. Seré siempre

Comentaris

  1. No sé què et deu haver semblat, a mi no em va desagradar, però és una mica trabat, no me n'ha quedat un record massa lluit, em temo. Massa embolicat.

    ResponElimina
  2. XeXu,
    penso que és una gran idea, escrita d'una manera força bàsica i directa. Però cal entendre que transcriure una al·lucinació no és una empresa gaire fàcil. En aquest sentit, Dick fou un geni (de l'LSD)
    Considero aquesta novel·la una obra cabdal dins de la corrent de la ciència ficció no tecnològica.
    Fa molts anys, en la meva primera lectura, em va marcar profundament. Ara, que he repetit, l'impacte és menor, però no per això he passat una bona estona degustant-la de nou.
    I no entenc com cap productor cinematogràfic no hi ha posat a sobre les grapes encara...

    ResponElimina

Publica un comentari a l'entrada

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Entrades populars d'aquest blog

Les cròniques marcianes - Ray Bradbury

La veïna - Isabel-Clara Simó

Nosaltres - Ievgueni Zamiatin

-Uf, va dir ell - Quim Monzó

El gobelet dels daus - Max Jacob

Amore - Giorgio Manganelli