Trífero - Ray Loriga

 

 

" Si cada uno de nosotros tiene al menos dos vidas, Saúl Trífero pudo tener al menos diez. De la mayor parte de ellas jamás se supo nada."




 

 

Loriga, Ray. Trífero.
Barcelona: Ediciones Destino, 2000.


Col·lecció Áncora y Delfín, 911

::: Què en diu la contraportada...
¿Quién es Trífero? Personaje inesperado en el panorama literario español, sus raíces habría que perseguirlas seguramente en alguno de los interesantísimos bellacos creados por Nabokov, aunque no está tampoco lejos de la tradición del pícaro. Su vida, o mejor sus vidas, nos llevan desde Escandinavia junto a su esposa, la dulce Lotte, hasta Nueva York, donde se embarcará en una insensata farsa en busca de escurridizos universos paralelos.
Jamás un hombre tan desdichado pudo vivir una historia de amor tan bella. Jamás un encantador embustero estuvo tan cerca de engatusar a la responsable comunidad científica. Romance delirante y comedia cuántica.

::: Com comença...
No diré su nombre.
Cuando la lluvia dejó por fin de golpear la superficie del lago, llegaron la nieve y el hielo y luego, como cada año, la primavera. Al animarse el bosque y los jardines de la vieja mansión Happensauer, Saúl Trífero, contrario al ritmo de todas las cosas, se encogía.

::: Moments...
(Pàg. 15)
Se puede reconstruir una vida enfrentando la luz de los salones a la penumbra de las buhardillas, las tazas de té a los tragos de vodka, los besos a las traiciones. Enfrentando estos momentos sin importancia a aquellos acontecimientos devastadores a los que, engañados por el ruido, otorgamos un peso exagerado.

(Pàg. 19)
(...) un naufragio no es sino la derrota de un solo hombre frente a la marea de sí mismo, y que la arena de la playa donde van a dar nuestros huesos es la arena de nuestro propio destino (...).

(Pàg. 31)
Si cada uno de nosotros tiene al menos dos vidas, Saúl Trífero pudo tener al menos diez. De la mayor parte de ellas jamás se supo nada.

(Pàg. 38)
El ruido es el accidente que acompaña a los comportamientos impropios. Nos estrellamos, de ahí el ruido.

(Pàg. 74)
(...) al final se despertó y al hacerlo vio que todo, hasta lo que nunca llegó a ser, se había terminado.

(Pàg. 87)
(...) después de treinta años de matrimonio, había comprendido que la teoría del caos se desmoronaba ante la perfecta maquinaria de fatalidades que regía su vida. Nada es casual, se decía. Por más que se agite el puzzle, todas las piezas vuelven a encajar con demoledora exactitud en el mapa de mi fracaso.

(Pàg. 90)
La impertinencia no está del todo mal vista en según qué fiestas y es, en cualquier caso, un pecado perdonable. Seguramente porque la impertinencia, como el ping-pong, es una actividad insignificante que jamás ha matado a nadie.

(Pàg. 128)
Si tuviera que escribir una sola palabra sobre mi tumba, se decía el doctor Trífero, sería ésa: distante.

(Pàg. 136)
Vivir es suficiente, había sido su lema en los días apresurados de la juventud, pero ahora, de pronto, por culpa de la edad, qué otra cosa podría ser, sentía a menudo la necesidad de poner su pasado en orden (...).

(Pàg. 174)
¡Ah, lealtad! ¡Qué amargo trago, qué condena, qué arrogante compromiso unilateral! Qué merma de la libertad, qué despiadado asalto al libre albedrío, al azar, a la naturaleza.

(Pàg. 179)
(...) la gente, en general, piensa mucho menos de lo que se supone, dentro y fuera de los parques, y lo que solemos elevar a la categoría de meditaciones no es más que el ruido de un motor encendido.

(Pàg. 184)
- (...) Ah no, no meta a Dios en esto. Dios nace precisamente de las necesidades del universo sombra, y una respuesta nacida de una necesidad no será jamás una respuesta satisfactoria (...).

(Pàg. 193)
(...) a Saúl lo normal le hacía el daño que a otra gente le causa sólo lo extraordinario. No besaré jamás a una mujer sin un corte en una ceja, sin una marca en un costado, sin un sombrero estrambótico, sin una pena aparente, sin un rasgo de locura. Podría decirse que Trífero había sustituido en su vida el amor por el interés. La belleza para él era cuestión de fracturas. Como el agua de lluvia, resbalaba indolente por la fachada perfecta de los edificios en busca de las grietas. Como el agua de lluvia, despreciaba las superficies pulidas y sólo encontraba refugio en las heridas.

(Pàg. 218)
Los fantasmas no son ni más valientes ni más temibles que los hombres que fueron, sino una mera prolongación de la misma suerte. Los grandes vuelven para atormentarnos con sus grandezas, los pequeños vuelven para atormentarnos con sus miserias.

(Pàg. 221)
Y sin embargo, pensó Saúl dentro de esa pesadilla que unía el pasado y el presente, que juntaba el uno con el otro, como las manos de un hombre al iniciar una plegaria, no es posible que la vida entera sea simplemente una simetría perfecta en la que un borrón de tinta marca con rigor inexorable, al doblar la hoja de papel, una forma idéntica, un eco perfecto al otro lado del doblez. ¿No había luchado hasta el límite de sus fuerzas para impedir que así fuera?

(Pàg. 231)
El tren siguió su curso, camino de Colonia, y después camino de cualquier otra parte, pues todos los paisajes, quemados por el sol o escondidos por la oscuridad de la noche, eran ya para Trífero nada y lo mismo.

::: Què en penso...

Trifero és una lectura desconcertant. És capaç de generar una necessitat evident de seguir llegint i a l’hora t’aborreix sobiranament en alguns passatges. Amb tot, Ray Loriga aconsegueix vertebrar una proposta interessant malgrat certs alts i baixos.

El motiu dramàtic és força bàsic: el seguiment d’un home que no troba el seu lloc al món. Així, la novel·la va sobre desubicació i l’actitut davant la vida, però també sobre la culpabilitat i sobre l’amor que ho lliga tot.

De fet, és la novel·la d’un home que busca escapar-se de la realitat, fugir de la seva pròpia vida. L’argument es construeix a partir de l’escapada endavant del protagonista, a qui no l’importa res ni ningú i adopta l’engany com a moneda de canvi.

A mig camí entre el drama i la comicitat, la narració se sostè amb un canvi de punt de vista narratiu constant que imprimeix molt dinamisme a la lectura però que també deixa la sospita al lector sobre si narrador i protagonista poden ser la mateixa persona. Sobretot en aquelles escenes on es reflexiona sobre el fet d'escriure i la creació literària.

Loriga ens ofereix una prosa prenyada d’agradables sorpreses (evocacions, aforismes, imatges, ironia) que transforma l’absurditat en que alguns moments cau l’argument en una història emocionalment punyent.

Trifero alterna escenes de ritme ágil -seguint les peripècies d’un personatge rebel, contradictori i sobretot, enigmàtic- amb moments de pausa, més introspectius, on el lector accedeix a les emocions, pors i mancances que el protagonista intenta ocultar.

En alguns moments la lectura m’ha fet recordar La escala de los mapas de Belén Gopegui, una novel·la una novel·la en la que, tot i que des d’una proposta literaria i temàtica totalment diferent, el personatge comparteix un tarannà similar amb Trifero.

Amb tot, la proposta de Ray Loriga és interessant. Més que pel què, sobretot pel com.

::: Altres n'han dit...
Cajón de historiasRevista de Libros (A. Gamoneda), El Mundo (A. Gándara), Culturamas (D. Martínez).

::: Enllaços:
Ray Loriga

 

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