Carter - Ted Lewis



"- ¿(...) Qué hará si pilla a los que lo mataron?
- ¿Usted qué cree?"




Lewis, Ted. Carter
Barcelona: Sajalín Editores, 2017

Jack’s Return Home. Traducció de Damià Alou.
Col.lecció Al margen, 34



::: Que en diu la contraportada:
Jack Carter, principal sicario de los mafiosos londinenses Les y Gerald Fletcher, regresa a su ciudad natal en el norte de Inglaterra tras ocho años de ausencia. La última vez que estuvo allí fue para enterrar a su padre, y ahora vuelve para el funeral de su hermano Frank. Según la policía, la muerte de Frank fue accidental: su coche se despeñó por un precipicio con él borracho al volante. Pero Jack, que conocía bien a su hermano a pesar de la mala relación que mantenían, sospecha de la versión oficial y comienza a interrogar a todos aquellos que conocían a Frank. Las preguntas de Jack incomodarán a los peces gordos de la zona y a sus aliados en Londres, los hermanos Fletcher. Todos ellos tratarán de subir a Jack en el primer tren con destino a la capital, pero este no renunciará a averiguar la verdad sobre la muerte de su hermano ―y a vengarse de los responsables―, aunque le cueste el trabajo y quizás la vida.

Ambientada en una gris y opresiva ciudad siderúrgica del norte de Inglaterra a finales de los años sesenta, Carter está considerada la obra fundacional de la novela criminal británica moderna y su adaptación cinematográfica, con Michael Caine interpretando a Jack Carter, es hoy en día una película de culto.

::: Com comença...
La lluvia llovía.
No había parado desde Euston. Dentro del tren el ambiente era asfixiante, tant o que se te ensuciaban las uñas aunque no hicieras más que estar allí mirando por las ventanillas empañadas. Observando las sucias partes traseras de las casas que se deslizaban bajos las nubes en penumbra. Allí sentado, mirando, ni siquiera jugueteando con los dedos.

::: Moments...
(Pàg. 10)
(...) me quedé mirando el aparcamiento. El autobús y los coches habían desaparecido. Justo delante de mí se veía la entrada del aparcamiento,  y más allá la calle, con sus feas luces y sus viviendas de protección oficial. Todo estaba igual que ocho años atrás, cuando lo vi por última vez. Un lugar del que o te importa despedirte.

(Pàg. 25)
Me acerqué hasta donde estaba la silla y miré hacia el interior del féretro. Hacía mucho que no lo veía. La muerte no parecía haberlo cambiado; la cara simplemente reensamblaba las partículas del recuerdo. Y como siempre ocurre cuando ves a un muerto al que has conocido en vida, resultaba imposible imaginar que el cadáver tuviera nada que ver con su anterior ocupante.

(Pàg. 47)
De chaval, cuando comencé a frecuentar los pubs, decían que más te valía mantenerte apartado de The Cecil, que era un sitio duro al que más valía no acercarse, sobre todo los sábados. El peor pub de la ciudad. En una ocasión, alguien dijo que deberían poner un cartel que lo anunciara como “Hasta las diez se canta; hasta las once, bronca”. Así que comencé a ir en cuanto me dejaron acercarme a la barra.

(Pàg. 84)
Miré a mi alrededor y vi a las esposas de la nueva pequeña nobleza. No había ni una que no fuera demasiado arreglada. No había ni una que no pareciera estar enferma del estómago de celos de algo o de alguien. No habían tenido nada cuando eran más jóvenes: después de la guerra poco a poco habían llegado a tener de todo, y el cambio había sido tan sorprendente que no podían dejar de querer cosas, nunca estaban satisfechas. Eran la clase de personas que me hacían comprender que yo tenía razón.

(Pàg. 90)
- (...) Joy, Joy, sírveles otra copa a Jack. No, dale la maldita botella, será mejor. A un hombre como Jack no le puedes ofrecer una copa en vasitos de mear.

(Pàg. 105)
Existe un lugar en la linde de la ciudad en el que, allá por los años cincuenta, construyeron unas viviendas de protección oficial. Antes, ese lugar era lo que podríamos llamar un descampado natural. Lo que quiero decir es que no habían tenido que derribar ni llevarse nada (como por ejemplo un viejo aeródromo) para darle ese aspecto usado, asolado, la clase de terreno donde las malas hierbas, erectas y herrumbrosas, crecían directamente entre viejos ladrillos partidos y grietas en el cemento gris; simplemente crecían allí. El lugar se extendía casi medio kilómetro en dirección opuesta a la ciudad. En otra población lo habrían convertido en huertos municipales. Pero de haber estado en otra población, quizá habría dado la impresión de que allí podía crecer algo.

(Pàg. 149)
- ¿(...) Qué hará si pilla a los que lo mataron?
- ¿Usted qué cree?
Otro silencio.
- ¿Por qué? –dijo.
- Era mi hermano.
Se sentó en la cama.
- ¿Simplemente los matará? ¿Así, sin más?
- Si no me matan ellos primero.
- ¿Sería capaz de hacerlo? ¿Sin más remordimientos?
- Cualquiera lo haría por alguien de su propia sangre, y además, ellos sabían que no los iban a detener.
- Y a usted, ¿no lo van a detener?
- No.
- ¿Cómo lo sabe?
- Porque lo sé (...).

(Pàg. 162)
En la acera, mujeres empapadas trajinaban carritos de la compra y cochecitos arriba y abajo. Adolescentes con tejanos y anorak bailaban dentro y fuera de las tiendas de discos. Las cartas de ajuste de la televisión añadían su propio gris al día ya gris. Los ciclistas trazaban líneas grasientas en el asfalto.

(Pàg. 263)
(...) Era un juego estupendo, ya fueras el cazado o el cazado. Pero cuando eras el cazador el juego solo era divertido si el cazado sabía esconderse. De lo contrario, se hacía aburrido, porque todo terminaba muy deprisa. Así que si el cazado no sabía esconderse, dejaba que los demás lo persiguieran y yo me quedaba rezagado y me dedicaba a escalar el horno y, una vez arriba, permanecía al acecho y esperaba, y siempre divisaba al perseguido en uno y otro sitio, convencido de que estaba a salvo. A continuación me ponía en pie y gritaba “Bang bang”, y el tipo se volvía loco intentando averiguar de dónde procedía mi voz.

::: Altres n'han dit...
De tot una micaNovela negra y policíaca, Los libros de JuliánMis ojos en tus ojosCuaderno de lecturaUn libro al día, La medicina de TongoyEntre montones de libros, Rockdelux (Marcos Gendre), Pep Grill.

::: Enllaços:
Ted Lewis, inspiració en crimss reals..., ...i en mafiosos de carn i ossospunts clau de la novel·la, crítiques del moment, de les repercussions de la novel·la i de la pel·lícula.


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