El ingeniero Menni - Alexander Bogdánov



"Todo muere: tú, la humanidad, el mundo. Todo acabará sumergido en la eternidad. Sólo la verdad permanecerá inmune (...)."






Bogdánov, Alexander. El ingeniero Menni. 
Madrid: Ediciones Nevsky, 2016. 

Инженер Мэнни. Traducció de Vladímir Aly.
Col·lecció Nevsky Prospects, 34




 Què en diu la contraportada...
Esta novela, secuela de Estrella roja, expande tanto el mundo creado como las ideas del clásico per-revolucionario. Bogdanov nos presenta el contexto y los antecedentes de la primera novela, la historia del desarrollo de Marte, y las formas en las que una aparentemente «perfecta» sociedad puede contener en sin misma las semillas del conflicto. Bogdanov no se limita a una edulcorada visión de un posible sistema soviético, sino que desmonta una tras otras todas las verdades «absolutas« de cualquier sistema autárquico.

 Com comença...
Prefacio del traductor.
Tras los eventos que describí en el libro Estrella Roja, me encuentro de nuevo viviendo entre mis amigos marcianos, y trabajando por la querida causa de unir a nuestros mundos. Los marcianos han decidido, al menos durante el futuro inmediato, abstenerse de cualquier tipo de interferencia directa o indirecta sobre los asuntos de la Tierra.

 Moments...
(Pàg. 12)
El lenguaje de las ideas puede diferenciarse mucho más que el de las palabras; incluso si las palabras parecen estar diciendo lo mismo, la idea que proponen en ocasiones suele ser completamente distinta. De hecho, la mayor dificultad que encuentra una idea para ser aceptada suele ser el problema de su traducción al lenguaje cotidiano.

(Pàg. 47)
(...) la burguesía de la Tierra es sosegada, debido a la propia naturaleza de las actividades que llevan a cabo e, incluso, algo cobarde desde que accedieron a la posibilidad del poder y el gobierno; digamos que se trata de la clase más satisfecha. Así mismo, no tiene gran confianza en sus propias habilidades para suprimir cualquier disturbio social. Por lo tanto, valora en gran media los vestigios del militarismo y del bravío que se ha mantenido entre la aristocracia y siempre está dispuesta a realizar grandes concesiones para asegurarse de contar con aliados, en caso de que fuera necesario aplastar las masas por la fuerza.

(Pàg. 61)
- (...) A ti no te gusta la historia, y creo que cometes un grave error ignorándola. Yo, por otra parte, la he estudiado con sumo cuidado, y ésta es una de las cosas que he aprendido: la sociedad es un animal extraño; de vez en cuando necesita recrearse en un absurdo desgaste de energía. ¿Qué puede ser más absurdo que una guerra? Y aun así, ¡cuántas veces una guerra ha servido para regenerar una nación! (...)

(Pàg. 72)
- (...) El proletariado lleva mucho tiempo reprimido, pero por fin está alzando la cabeza. Mira a su alrededor y dice: “¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué? ¿Qué hemos hecho?”. Y de estas preguntas surge otra que resulta incluso más importante: “¿Qué podemos hacer?” (...)

(Pàg. 86)
- (...) ¿qué más podemos hacer, aparte de creer y creer y continuar creyendo? Si Netti no hubiera abandonado a los obreros para convertirse en ingeniero, o si Arri no hubiera sufrido diez años de cárcel, nunca nos habríamos enterado de nada de esto. Habríamos tomado decisiones distintas y habríamos malgastado nuestras energías de forma absurda. ¿Acaso no somos esclavos, acaso no es ésta la principal forma de esclavitud? Netti, Arri, hermanos, ¿cómo escapamos de esta situación? ¿Qué es lo que podemos hacer para empezar a entender, para empezar a ver y no limitarnos a creer a unos o a otros? ¿O acaso es imposible? ¿Siempre vamos a estar como estamos? Y, si esto es imposible, ¿qué sentido tiene vivir y luchar si al final de la lucha continuaremos siendo esclavos?

(Pàg. 87)
- (...) la ciencia moderna es igual que la sociedad que la ha creado, poderosa pero fragmentada, y con recursos extravagantes. A causa de esta fragmentación, las ramas individuales de la ciencia se han desarrollado de manera independiente unas de otras, perdiendo toda conexión vital entre ellas. Esto ha dado lugar a todo tipo de confusiones. Los mismos fenómenos y nociones tienen docenas de nombres diferentes en las varias disciplinas que se ocupan de ellos y son estudiados en cada rama científica sin referencia a sus aplicaciones en las otras. Cada rama posee su propio lenguaje, que es el privilegio de unos pocos iniciados, y excluye a los demás. Se generan muchas dificultades a causa de que la ciencia se haya separado del trabajo y de la vida diaria, se haya olvidado de sus orígenes y haya perdido de vista sus objetivos primordiales. Por esta razón, se preocupa con problemas que no son tales y a menudo pierde tiempo y energías en buscar respuestas a cuestiones muy simples.

(Pàg. 101)
- (...) Tú reconoces los sindicatos como los representantes legítimos, incluso únicos, de la clase obrera. Pero resulta obvio que esto no es así. Si nos paramos a pensarlo, vemos que los sindicatos sólo cuentan en sus filas con una minoría, no la mayoría, de los trabajadores. Y no son los sindicatos, sino los trabajadores individuales, quienes formalmente acceden a ciertas condiciones de trabajo. Por lo tanto, ¿por qué debería dárseles a los sindicatos el privilegio de representar a los trabajadores? Eso sería como concederle el voto a una minoría en un país, pero hacer que todo el mundo tuviera deberes cívicos. ¿Acaso insinúas que reconocerías una minoría como los únicos representantes legítimos del pueblo? ¿Acaso los socialistas no sois demócratas?

(Pàg. 104)
- El trabajador que intenta realizar su labor apartado de sus compañeros se convierte en una pieza en el tablero, al que incitan dependiendo de los conflictos que existan o al que le hacen falsas promesas, normalmente con motivos mezquinos y, a menudo, hostiles a sus propios intereses. No es un ser consciente, sino un simple material para ser moldeado al antojo de otros, una herramienta que podrán utilizar como deseen.

(Pàg. 114)
- (...) El esfuerzo no es más que un medio para alcanzar un propósito, mientas que la idea es el objetivo más alto que existe. La idea es micho más que las personas y todo lo que les pertenece. La idea no depende de ellos; al contrario, las personas son subordinadas a la misma (...)

(Pàg. 116)
- (...) así ocurre con todas las ideas. Cuanto más grandioso el torrente de los esfuerzos que se unen, cuanto más grande la propia idea, más débil e insignificante se vuelve el individuo en comparación con ella y más natural le resulta servirle y subyugarse para llevarla a cabo (...).

(Pàg. 118)
- (...) Un sueño, después de todo, no es más que un esfuerzo que resulta frustrado en la realidad y que entonces empujamos a ocupar la esfera de la fantasía. No todos los intentos, no obstante, resultan completamente inútiles; en esos casos el esfuerzo no recompensado no se volvió un simple sueño; más bien, al pasar sus conocimientos adquiridos a los hombres de ciencia, asumió una nueva forma: la de aspiración.

(Pàg. 121)
- (...) La humanidad avanza y se plantea nuevos retos y la supuesta verdad de esa idea se olvida. Cuando el crimen haya desaparecido por completo, también lo hará la idea de justicia. Cuando la vida y el desarrollo del hombre ya no se encuentren restringidos por la opresión, la idea de libertad también se volverá obsoleta. Las ideas nacen, luchan por sobrevivir y mueren. A menudo, una idea mata otra; así, la libertad anula la autoridad, el avance científico la religión, y surgen nuevas teorías que reemplazan las antiguas (...).

(Pàg. 127)
“(...) La democracias nunca debe apoyarse en un único individuo; no tiene derecho a hacerlo, puesto que se basa en el principio de la mayoría (...).”

(Pàg. 134)
- (...) En el pasado, razonaban con la lógica de los vivos. Querían que la vida se desarrollara y mejorara y eso los llevó a extraer varias soluciones. Hoy, sin embargo, su lógica es la de los hombres muertos. Quieren la paz y la inmovilidad, quieren que la vida a su alrededor se detenga. Lo que les ha ocurrido les pasa con frecuencia a muchas personas y a clases enteras, a las ideas y a las instituciones: simplemente se han muerto y se han convertido en vampiros (...).

(Pàg. 138)
- (...) Cuando una clase social al completo se vuelve obsoleta, los muertos empiezan a dar luz a otros muertos. Lo mismo ocurre con el mundo de las ideas (...).

(Pàg. 148) 
- (...)Te has rendido a las teorías de Netti y te han engañado. Yo no soy un muerto que ha vuelto del pasado. Soy la vida que quiere seguir siendo fiel a sí misma. Sólo esa vida tiene sentido. La vida poco honesta consigo misma sólo demuestra ser una mentira, puesto que la verdad no muta. Si ayer eras un hombre y hoy otro distinto, entonces es que has muerto durante la noche y otro hombre nuevo ha surgido, cuya vida será igual de efímera. Todo muere: tú, la humanidad, el mundo. Todo acabará sumergido en la eternidad. Sólo la verdad permanecerá inmune, porque sólo ella es eterna. Y es eterna porque es inmutable (...).

(Pàg. 159)
- (...) como ves, toda vida auténtica viene y va constantemente. Y morir es lo único que te queda por hacer (...).

 Altres n'han dit:
Pep Grill
 Enllaços:
Alexander Bogdánov, precedent i context, la complementarietat entre els dos llibres.

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