Los papeles de Mudfog - Charles Dickens
"El silencio, la más pura y noble forma de aplauso (...)."
Dickens, Charles. Los papeles de Mudfog.
Cáceres: Periférica,
1998
The Mudfog Papers. Traducció d’Ángeles de los Santos.
► Què en diu la contraportada...
La Sociedad Mudfog para el Avance de Todo es una parodia de la Sociedad Británica para el Avance de la Ciencia, fundada en 1831, y de otras sociedades científicas de la era victoriana. Dickens se muestra en el relato de sus «actividades» tan irónico y crítico como siempre, pero más bromista que nunca. La comicidad y la burla alcanzan en ocasiones el absurdo y el esperpento, y la hilaridad que provocan sus historias y sus personajes lleva al lector a perder de vista por momentos el satírico reflejo de la realidad que subyace tras lo aquí narrado. Mientras nos hace reír con los locos eruditos de la Sociedad Mudfog y sus excéntricos inventos y teorías, nuestro autor denuncia algunos de los grandes males de la Europa de su tiempo y también… del nuestro.
La Sociedad Mudfog para el Avance de Todo es una parodia de la Sociedad Británica para el Avance de la Ciencia, fundada en 1831, y de otras sociedades científicas de la era victoriana. Dickens se muestra en el relato de sus «actividades» tan irónico y crítico como siempre, pero más bromista que nunca. La comicidad y la burla alcanzan en ocasiones el absurdo y el esperpento, y la hilaridad que provocan sus historias y sus personajes lleva al lector a perder de vista por momentos el satírico reflejo de la realidad que subyace tras lo aquí narrado. Mientras nos hace reír con los locos eruditos de la Sociedad Mudfog y sus excéntricos inventos y teorías, nuestro autor denuncia algunos de los grandes males de la Europa de su tiempo y también… del nuestro.
Los resultados de la Revolución Industrial propiciaron una época de grandes transformaciones: el trabajo, la industria, los modos de producción, la tecnología y, por lo tanto, las formas de vida, la organización social y el pensamiento evolucionaron de forma incesante, pero no siempre para bien; en ocasiones, nos dice Dickens, sólo para perpetuar el anterior estado de las cosas.
Los textos recogidos en este volumen (también referidos a otros asuntos de interés, además de a la Sociedad de la peculiar y ficticia ciudad de Mudfog) fueron publicados originalmente en la revista Bentley’s Miscellany entre 1837 y 1839, período en el que el propio Dickens, que todavía firmaba con el seudónimo Boz, fue editor de la revista. No se recopilaron y publicaron como libro hasta 1880, diez años después de la muerte de su autor. La etapa en que éste escribió para Bentley’s Miscellany fue un período crucial en su vida personal y profesional, una etapa de transición, el momento en que dejó de ser un autor principiante y comenzó a disfrutar del reconocimiento y el éxito. La crítica y los demás escritores alabaron su talento, y las clases humildes encontraron en él la voz que hasta entonces no habían tenido.
>> Com comença...
Mudfog es una ciudad agradable –una ciudad
extraordinariamente agradable- situada en una encantadora hondonada junto a un
río, río del cual Mudfog recibe un grato aroma de brea, alquitrán, carbón y
maromas, una población itinerante con gorros impermeables, un flujo continuo de
barqueros borrachos y muchas otras ventajas náuticas.
Hay mucho agua en Mudfog, pero no es exactamente la típica
ciudad balneario.
La vida pública del
señor Tulrumble, en otro tiempo alcalde de Mudfog.
► Moments...
(Pàg. 25)
Si la mañana hubiera sido encargada a medida no se habría
adaptado mejor al objetivo. Nunca tuvieron en Londres, en el día del Lord Mayor,
una niebla mejor que la que envolvió la ciudad de Mudfog en aquella azarosa
ocasión. Se había levantado lenta pero implacable desde el agua verdosa y
estancada con la primera luz de la mañana, hasta que llegó un poco por encima
de los remates de las farolas; y allí se había detenido, con una soñolienta y
perezosa obstinación, que ofrecía resistencia al sol, el cual había salido con
los ojos enrojecidos, como si hubiera estado bebiendo en una fiesta toda la
noche y empezara su jornada laboral con el peor talante posible.
La vida pública del
señor Tulrumble, en otro tiempo alcalde de Mudfog.
(Pàg. 68)
El doctor Kutankumagen, de Moscú, leyó ante el comité un
informe sobre un caso que se la había presentado a él mismo,
extraordinariamente ilustrativo del poder de la medicina, como quedaba
ejemplificado en su exitoso tratamiento de un trastorno virulento. Lo habían
llamado para que visitara a un paciente el día 1 de abril de 1837, y se
encontró luchando contra unos síntomas especialmente alarmantes para cualquier
hombre de medicina. El paciente tenía un cuerpo sólido y musculoso, el paso
firme y elástico, las mejillas llenas y rojas, la voz fuerte, buen apetito, el
pulso vigoroso y regular. Tenia la arraigada costumbre de tomar tres comidas per diem y de tomar al menos una botella
de vino y una copa de licor diluido en agua en el transcurso de las
veinticuatro horas. Reía constantemente y de forma tan sincera que resultaba
terrible escucharlo. A fuerza de una potente medicación, dieta pobre y
sangrías, los síntomas disminuyeron perceptiblemente en el espacio de tres
días. Una rígida perseverancia en el mismo tratamiento durante una semana
solamente, acompañado de pequeñas dosis de gachas aguadas, caldo ligero y agua
de cebada, condujeron a la total desaparición de los síntomas. En el curso de
un mes, el paciente estaba suficientemente recuperado como para que dos
enfermeras lo llevaran al piso de abajo y disfrutara de un paseo al aire libre
en un coche cerrado, apoyado en suaves almohadas. En el momento presente estaba
tan repuesto como para caminar sin más ayuda que una muleta y un muchacho. Tal
vez le gustara al comité saber que comía poco, bebía poco, dormía poco y que ya
nunca se le oía reír por nada en absoluto.
Informe completo de la
primera reunión de la Sociedad Mudfog para el Avance de Todo.
(Pàg. 95)
Diez y media
Estamos todavía en aguas tranquilas; es decir, todo lo
tranquilas que puedan estar alrededor de un barco de vapor, porque, como
sabiamente indica el profesor Woodensconce, que acaba de despertarse, otro gran
elemento de genialidad del barco de vapor es que siempre lleva consigo una
pequeña tormenta.
Informe completo de la
segunda reunión de la Sociedad Mudfog para el Avance de Todo.
(Pàg. 97)
A pesar de la multitud que hay aquí, he tenido la suerte de
encontrar un alojamiento muy cómodo en condiciones muy razonables: he reservado
un sofá en el pasillo del primer piso por una guinea la noche, que incluye
permiso para comer en el bar con la condición de que me quede en la calle el
resto del tiempo para dejar sitio a otros caballeros en situación similar.
Informe completo de la
segunda reunión de la Sociedad Mudfog para el Avance de Todo.
(Pàg. 108)
El señor Crinkles presentó una preciosa y delicada máquina,
de un tamaño poco mayor que el de una tabaquera normal, fabricada enteramente
por él y hecha únicamente de acero, con ayuda de la cual se podían robar más
carteras en una hora que en veinticuatro con los lentos y tediosos
procedimientos actuales
Informe completo de la segunda reunión de la Sociedad Mudfog para el Avance de Todo.
(Pàg. 109)
Sin embargo, lamentaba decir que estos distinguidos
profesionales, junto con un caballero de nombre Tommy Ojos Penetrantes y otros miembros de una escala inferior de su
profesión, a los cuales representaba, habían puesto insuperables objeciones a
que el aparato se usara de manera general, basándose en que tendía el
inevitable efecto de sustituir casi por completo e trabajo manual y que
abocaría al desempleo a un gran número de personas de mucho mérito.
Informe completo de la segunda reunión de la Sociedad Mudfog para el Avance de Todo.
(Pàg.110)
Sugerencias prácticas
sobre la necesidad de proporcionar inofensiva y saludable distracción a los
jóvenes nobles de Inglaterra. Esta proposición consistía en que una nueva
empresa constituida por acta parlamentaria comprara un espacio de terreno no
inferior a diez millas de largo por cuatro de ancho y cerrado por un muro de
ladrillo de altura no inferior a doce pies.
Se proponía que se diseñara con grandes carreteras, barreras
de peaje, puentes, pueblos en miniatura y todo lo que condujera al confort y la
gloria de los clubes de conductores, de manera que pudieran estar seguros de
que no tendrían necesidad de salir de allí. Este delicioso retiro estaría
equipado con los más amplios y espaciosos establos, para comodidad de aquellos
miembros de la nobleza y la aristocracia a los que les gustaran las cuadras, y
con casas de recreo amuebladas al estilo más lujoso y caro.
El lugar tendría, además, calles enteras llenas de puertas
con aldabas y campanillas de tamaño extra, para que pudieran tirar de ellos con
fuerza por las noches y volver a ser atornillados al día siguiente por
sirvientes dedicados a tal fin.
Habría también lámparas de gas de cristal de verdad, que
podrían romperse por docenas a un precio relativamente bajo, y una ancha y
bonita acera a la que los caballeros podrían subir sus cabriolés cuando
estuvieran de humor. Para que el disfrute de tal proeza fuera completo, se
pondrían peatones vivos traídos de los asilos de pobres a un módico precio por
cabeza (...).
Informe completo de la segunda reunión de la Sociedad Mudfog para el Avance de Todo.
(Pàg. 133)
(...) el gran parecido que hay entre los payasos del
escenario y los de la vida real es, en verdad, extraordinario. Mucha gente
suspira al hablar del declive de la pantomima y murmuran con tono triste y
sombrío el nombre de Grimaldi. No pretendemos despreciar a ese honorable y
excelente caballero cuando decimos que esto es una verdadera tontería. Los
payasos que superan con creces a Grimaldi surgen cada día, y nadie los
patrocina.¡Es una pena!
La pantomima de la
vida
(Pàg. 140)
Estamos seguros de que el comienzo de una sesión
parlamentaria no es otra cosa que levantar el telón para una gran pantomima
cómica, y que no es desacertado comparar el discurso inicial más atinado de Su
Majestad con el discurso inicial del clown,
quien dice “¡Ya estamos aquí! ¡Señoras y caballeros, aquí estamos!”, lo que
parece a nuestro entender al menos, un buen resumen del sentido y la intención
del conciliatorio discurso de los políticos.
La pantomima de la
vida
(Pàg. 163)
El señor Bolton era un hombre joven, con una expresión en el
rostro en cierto modo enfermiza y libertina. Su indumentaria se componía de una
exquisita combinación de elegancia, descuido, seguridad, sencillez, novedad y
vejez. La mitad de él iba vestida de invierno; la otra mitad, de verano.
Robert Bolton, el
caballero con contactos en la prensa.
(Pàg. 166)
El silencio, la más pura y noble forma de aplauso (...).
Robert Bolton, el
caballero con contactos en la prensa
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